a punto de romperse.
Es un beso ficticio y lejano
y lo ves acercarse.
Como hipnotizados, vemos
que las escenas se van,
se mezclan con la habitación
y nos arrastran.
Los diálogos son confusos,
la seda se desliza,
la TV ilumina la habitación
y los besos brillan.
La película se ve sola y afuera
llueve, de lágrimas
que brillan y adornan un rostro
llegando a la cima.
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