Si muero

Si muero, no podré defenderme

de aquellas falsas palabras

que, con placer, han de darme.

Si muero, no podré defenderme de lágrimas de cocodrilo

de personas que, a mis espaldas, buscaban

que la Parca Atropos cortara el hilo.

Si muero, no podré evitar hacer sufrir

a mis seres queridos.

Pero puedo tener bellas esperanzas

de que se mantengan felices y unidos.

Si muero, no podré evitar darme cuenta

de que si doy cálidos abrazos,

para aliviar los tristes corazones,

quizá mi cariño pase inadvertido.

Si muero, no podré evitar llorar

porque las despedidas duelen

aún cuando vivimos la vida.

Si muero, no podré evitar amar la vida.

Porque aún puedo reir, amar y gozar.

Aún puedo vivir. 

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