Ves estaciones pasajeras,
se enfrían, se calientan,
sus pestañas flamean
y sin aviso nos dejan.
Se marchitan en un vaivén,
dejándonos una y otra vez.
Parecen correr cuando nos ven,
morir al encerrarse.
Estaciones pasajeras, días inhóspitos,
quietud que quiere correr
y movimiento que busca matarnos,
nos besan solo para separarnos.
Mundo libresco apagando
manías de letras enloquecidas,
paisajes que se van sucediendo
y que la quietud olvida.
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